martes, 12 de abril de 2016

Los beneficios de un paseo diario


El paseo. Eso que normalmente hacemos cuando creemos que nos sobra el tiempo, es algo que si practicamos de forma regular y consciente tiene enormes beneficios para la salud.
Se puede hacer a cualquier edad y combinar con cualquier actividad, o mientras nos dirigimos a ella. Si es antes de dicha actividad, nos motiva y ayuda a poner pensamientos y proyectos en orden, y si es después, nos relaja, elimina toxinas y preocupaciones, y sirve de nexo con lo siguiente.
El paseo, en duración e intensidad, debe estar de acuerdo con las posibilidades de cada uno. Solamente con conservar esta premisa sus beneficios se notan de inmediato:

Se activa la circulación

Durante el paseo el corazón late suave pero rítmicamente, y los músculos de las extremidades inferiores impulsa el retorno de la sangre hacia el corazón, lo que activa la circulación.

Se desarrolla la vitamina D

La vitamina D del organismo es sintetizada a través de la piel por la transformación de esteroles, gracias a la acción de los rayos ultravioletas del sol. Esta fuente natural de vitamina D suele ser suficiente para cubrir las necesidades de una persona adulta. La vitamina D es indispensable para la calcificación del esqueleto durante el crecimiento y, más adelante, para el buen mantenimiento de los huesos y de la dentadura.

Se regula el colesterol y la tensión arterial

En los últimos años se han efectuado un gran número de estudios, entre ellos el realizado por el grupo de investigación de la Universidad de Stanford. Estas investigaciones han confirmado un patrón de relación entre el ejercicio físico y los niveles de lípidos en sangre. Una mayor cantidad de ejercicio se asocia con niveles más bajos de triglicéridos y LDL (colesterol malo), y con niveles más altos de HDL (colesterol bueno), al mismo tiempo que se regula la tensión arterial. Esto se consigue con ejercicio de baja intensidad y efectuado durante periodos de tiempo largos.

Se agilizan las articulaciones

Un ejercicio suave como el paseo mantenido en el tiempo y de forma regular contribuye a conservar unas articulaciones ágiles durante más tiempo. Incluso en casos en que la lesión ya ha surgido, como la artrosis, el ejercicio físico suave (cuando se ha conseguido mitigar el dolor) se presenta como una alternativa de tratamiento barata y efectiva.

Se regula la producción de melatonina–serotonina

La luz solar, junto al ejercicio, hace que los niveles de serotonina (responsable de la producción de melatonina) sean más altos durante el día, y esto influye en un aumento de la melatonina por la noche cuando no hay luz; lo que induce a una mayor calidad del sueño.

Se activa la producción de endorfinas

Practicar ejercicio y la luz del sol aumentan los niveles de endorfinas. Las endorfinas, que de esta forma son producidas por el propio organismo, actúan como modulador del dolor y del estrés, produciendo bienestar.

Regula el funcionamiento intestinal

El ejercicio físico diario es muy importante para regular el ritmo intestinal. Un paseo de unos 45 minutos al día (junto a una buena hidratación y una dieta equilibrada) acostumbra a ser suficiente para notar sus beneficios.
Todas estas ventajas hacen del paseo una herramienta importante para disfrutar de una buena salud, y si además durante el paseo se tiene relación con otros, entrenaremos la sociabilidad con todas sus ventajas: cuidado personal, sentido del orden (si se fija un horario), comunicación–escucha, compañía–integración y relajación.

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